La lucha contra el cambio climático se ha convertido en uno de los principales retos del ser humano. El futuro del planeta, y por extensión de la especie, está en juego. Un informe sobre la huella de carbono del sector del limón ha revelado que es un eficaz aliado en la lucha contra el calentamiento global, al ser un verdadero sumidero de CO2. El limonero es el cultivo con los mayores valores de fijación de este gases de efecto invernadero de todos los cítricos y el resto de las especies arbóreas. Los números: cada limonero absorbe 26,2 kilogramos anuales de CO2 atmosférico, así que los casi 14 millones de árboles de esta especie de la cuenca mediterránea española retienen un total del 360.550 toneladas de CO2 al año. Estudios de huella de carbono en las empresas del sector en España llegan a la conclusión, que por cada kilo de limones frescos que el consumidor adquiere se retienen 263 gramos de CO2. Estos estudios son totalmente aplicables a Argentina ya que las tecnologías en la producción, procesamiento de la fruta y en el manejo de la misma que se usan, son similares.